Juan 8:12-11
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Buenas mis amados hermanos en la fe y amigos que nos leen, sea nuestro señor Jesucristo añadiendo bendiciones a sus vidas. Hoy Dios nos regala un mensaje muy alentador para estos tiempos de dificultad el cual esta relacionado con su inmenso amor para con nosotros.
El texto de hoy es un aparte de una de las historias mas conocidas que relatan los evangelios sobre el ministerio de nuestro Señor, la historia se sitúa en el templo donde el Señor estaba enseñando a una multitud de seguidores, pero fue interrumpido por escribas y fariseos los cuales trajeron a una mujer sorprendida infringiendo la ley, este era el momento perfecto que estaban esperando ellos, durante todo su ministerio buscaron una oportunidad para acusarle en algo referente a la ley, ya que las enseñanzas de Jesús los dejaba a ellos mas que exhibidos, revelaba el poco amor que en ellos había y su mala interpretación de la ley al pueblo, por esta razón le seguían por todos lados buscando una falla pero fue imposible hallarla ya que Cristo vino a cumplir la ley totalmente Mateo 5:17 No piensen que he venido para poner fin a la ley o a los profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir.
Pero este episodio nos narra algo mas profundo sobre el amor de Dios, ciertamente esta mujer era culpable, pues había sido sorprendía en el acto y la ley era contundente en cuanto al castigo que debía sufrir, pero aca es donde Dios manifiesta su gran amor ágape, ya que por mas culpabilidad comprobad en ella, primero había que pesar las conciencias de sus acusadores por lo cual Dios les declara Juan 8:7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. Amen gloria a Cristo. El propósito de la ley era examinar la conducta del ser humano y corregirla pero los llamados a tal deberían ser personas irreprensibles, con un testimonio perfecto delante de Dios, no solo por ser maestro de la ley tenían la autoridad para juzgar el pecado sobre los demás, de forma muy prudente el Señor les declaro lo que el mismo dijo en Mateo 7:3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Al final todos acusados por su misma conciencia dejaron el lugar, ninguno tuvo la autoridad moral para lanzar una piedra, pero quien sí podría hacerlo el mismo señor y Dios Jesucristo le declara versículo 11 …Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Amen gloria a Dios aleluya, Cristo no vino para acusarnos vino en propiciación por nuestros pecados para redimirnos, liberarnos de la cautividad y reconciliarnos con el Padre, quien nos da a cambio el regalo inmerecido de la gracia. Efesios 4:8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
Mi querido hermano y amigo en la fe, Dios nos ha dado el mejor regalo su amor, si no fuera así estaríamos perdidos, Cristo dejo su trono de poder, majestuoso y pago el precio en la cruz, ¿qué más prueba desea usted del amor incondicional de Dios?, no hay un ser creado en este universo que pueda expresar un mayor amor que el que Cristo ha dado por nosotros, ahora es el momento que usted no deje de lado este maravilloso hecho, ya que ciertamente Cristo no vino para condenarnos en su primera venida, pero pronto vendrá en su segunda venida ya no como cordero, ahora vendrá como ese gran juez para juzgar a la humanidad y establecer su reino milenario. Si usted no toma la decisión de seguirle ahora y formar parte de su iglesia, pues para ese momento será demasiado tarde. Amen gloria a Dios.