1 Pedro 4:1-6
Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 3 baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 4 a estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; 5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.
Dios les bendiga amados hermanos en la fe y amigos que nos leen, hoy Dios nos ha regalado una porción de su palabra para estudiarla bajo la dirección de su Espíritu Santo.
El mensaje central de esta es la vida nueva de los creyentes en obediencia a Cristo, note como el apóstol Pedro inicia haciendo una aclaración fundamental en el versículo 1 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne… he ahí el secreto de la fe, soportar los padecimientos en la carne con la ayuda de Dios. Pablo indica que una vez Cristo triunfa en la Cruz y vence a la muerte esa victoria nos da las herramientas necesarias a los creyentes para vencer los padecimientos y luchas contra el enemigo durante nuestra vida, pero solo si decidimos dejar que esta sea guiada por el Señor.
No se trata de una opción se trata de un mandamiento para la iglesia, ya que ordena que el resto de nuestra vida debe ser para agradar a Dios y no a los hombres verso 2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios; es aquí donde se plantea el gran desafío de los creyentes ya que al estar en este mundo vamos a interactuar con las demás personas no creyentes en muchos escenarios diversos como el trabajo, la familia y amistades por mencionar algunos y nuestra naturaleza nos llama a querer estar en armonía con ellos y por esta razón muchas veces contendemos por que el Espíritu nos indica que debemos hacer pero la sociedad es contraria a esto y no queremos ser señalados, pero los que hemos creído en el evangelio y amamos al señor Jesús, sabemos que nuestro deber es obedecer a Cristo antes que a los hombres Hechos 5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Amen gloria a Dios. No importa que los señalamientos lleguen, apenas es normal por que a estos nuestra conducta en Cristo les parece ilógica, verso 4 a estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan.
Cualquier padecimiento o señalamiento que se nos haga por causa de Cristo es ganancia para nosotros recordemos algunos versos que nos dan animo para salir adelante en la fe Filipenses 1:29 Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino también sufrir por El. Mateo 10:22 Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. 1 Pedro 4:14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.
El apóstol Pedro nos alienta a no caer nuevamente en esto y nos recuerda que ya fue suficiente con los dias de nuestra vida antigua en el pecado versículo 3 baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías; ahora es el momento de vivir en obediencia a Cristo y hacer morir todo deseo de la carne en nuestra vida, esto no es un juego es un camino hacia la vida eterna o la separación total de Dios. Romanos 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Amen gloria a Cristo.