UN CORAZON GENEROSO

1 Juan 3:16-15

En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

En la cruz se demostró el amor perfecto que Dios tiene por los seres humanos, esto queda claro en el texto de hoy en el verso 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros…, pero ese gran ejemplo de amor se debe reflejar en nuestros corazones hacia nuestros hermanos en la fe.

Tristemente vemos hoy en día grandes congregaciones, pero dentro de estas mismas internamente hay divisiones entre los hermanos, sentimientos de celos, envidias y murmuraciones son muy comunes en muchas iglesias y el motivo principal es este la falta de amor en los corazones del creyente, Dios es rico en misericordia y muchas veces según su plan individual y maravilloso para cada ser humano podemos experimentar mas bendiciones que otros hermanos, esto no nos hace más santos que los demás, pero el negarnos a expresar el amor de Dios por nuestros hermanos si que nos aleja de la estatura de Cristo que es a la cual el Padre celestial nos quiere llevar, no solo se limita a lo económico como lo enseña el verso 17 pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?, esto va más allá de este aspecto, va en todo sentido, amor, comprensión, ayuda espiritual y un gran valor como lo es la amistad.

Vemos que muchas congregaciones eta subdividas internamente, los creyentes arman grupos sociales como si la iglesia fuera un club social tal como los que hay en el mundo, olvidando que la iglesia no es de este mundo, solemos hacer amistad con el hermano que esta a mi mismo nivel social y descartamos a los demás. Pero Cristo enseño lo contrario, cuando una mujer adultera fue traída a su presencia casi lista para asesinarla, él no la condeno Juan 8:10-11 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más; cuando los leprosos que de por si era repudiados por todos incluso sus familias acudieron a su presencia, el demostró amor y les sano Mateo 8:2-3 Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él Señor, si quieres, puedes limpiarme le dijo Jesús extendió la mano y tocó al hombre Sí quiero le dijo ¡Queda limpio! y al instante quedó sano de la lepra; que decir de la mujer samaritana la cual quedo asombrada de que el Señor siendo judío le dirigiera la palabra, pues no solo le hablo, le ofreció agua viva por la cual nunca más tendría sed. Juan 49-10 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

Este es el mismo sentir que hoy debemos tener los miembros del cuerpo de Cristo, los limites sociales y la falta de amor al prójimo no existen para Dios, Dios lo dejo claro en Cristo: recordemos que por ese amor ágape que Cristo manifestó por nosotros hoy tenemos la posibilidad de llegar a ser recibidos por el Padre en Cristo, por lo cual la escritura nos insta a tener ese mismo sentir que tuvo el Señor Filipenses 2:5-8 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. De esto se trata el amor ágape, si en realidad queremos ser conformados a su imagen y semejanza debemos reflejarlo. Amen Dios les bendiga

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *