Romanos 3:23-26
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Una de las estrategias mas exitosas que tiene el enemigo es hacernos creer que no somos pecadores, que nuestro juicio personal sobre nuestras acciones, forma de vivir, pensar y actuar por nuestras preferencias son las correctas y estas nos llevaran al cielo cuando partamos de este mundo, ya que, si nos apartamos de aquellos pecados que rotula el ser humano como malos tales como el homicidio, de vez en cuando damos alguna ayuda a alguien necesitado, estaremos listos para entrar al cielo.
Tal pensamiento no podría estar más lejos de la verdad absoluta de Dios, nuestro texto del hoy nos da una claridad sobre esto, verso 26 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Lo leyó nuevamente verdad dice claramente “todos”, eso nos incluye a todos los seres humanos que han nacido en este mundo desde Adán y Eva, hasta el fin determinado por Dios, de la misma forma que engaño a Eva hoy en día continua haciéndolo a través de esta mentira, no podemos llegar al cielo por nuestras acciones, nada podemos hacer por nosotros mismos para obtener ese privilegio; el mismo señor Jesucristo lo declaro Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Cristo es nuestra única vía al Dios Padre, pero hoy en día es triste ver como la humanidad le rechaza, muy pocos de los que llegan a conocerle se mantienen en la fe, llegan a Cristo por innumerables problemas que puedan presentarse en sus vidas pero una vez que el Señor hace la obra en sus vidas continúan con su vida tal como era, no hay cambios, no hay un arrepentimiento genuino, no regresan a Cristo ni a agradecer, la palabra nos da claridad sobre esta verdad Lucas 17:15-19 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este era samaritano. 17 respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. Solamente uno de los 10 que recibieron la sanidad regreso y confirmo su fe al Señor, triste verdad.
La escritura nos da advertencias sobre lo terrible que es no mantener la fe en Dios, pronto el Señor regresara y muchos que no confirmaron su fe, no se mantuvieron en Cristo se quedaran, Mateo 24:40-41 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Mateo 25:10-12 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Es una terrible realidad que nos enseña la escritura, será un alto porcentaje de creyentes que llegaron a Cristo en algún momento de sus vidas y no permanecieron en El, solo en estos ejemplos vemos como de 10 sanados solo uno regreso, de las 10 vírgenes solo 5 pudieron entrar a las bodas con el esposo y por último en el día del señor estarán dos y uno será tomado y otro dejado.
Es de vida o muerte conocer esta verdad, sobre todas las cosas escribirla en nuestro corazón debemos llegar a Cristo y permanecer en obediencia a sus enseñanzas, la salvación es el primer paso, perlo luego sigue una vida de crecimiento en el conocimiento de las enseñanzas del Señor a través de su palabra Efesios 4:12-13 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; debemos pedir al Señor que nos dé a conocer su voluntad y propósito para nuestras vidas, solo de este manera podemos llegar a conocerle cara a cara en el día de nuestra redención. Amen gloria a Cristo bendiciones