Mateo 5:12-16
13Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. 14 vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
¿Conoce usted la importancia de la sal en la preparación y conservación de los alimentos? Déjeme contarle que la sal es de suma importancia para tales cosas, es mas en el tiempo antiguo que no existían las neveras y la capacidad de refrigeración con la que contamos hoy en día, esta jugaba un papel principal para tal fin; de igual manera la luz también es de suma importancia para el ser humano antes de poder contar con esta las noches eran completamente en oscuridad, esta descubre y la quita de todo. Teniendo en cuenta esto podemos entender el pasaje del día de hoy, el mismo señor Jesús enseñaba a sus discípulos y tomo estas dos analogías la sal y la luz, para resaltar la importancia del ser humano cuando entrega su vida a el y se convierte en su discípulo.
El Señor nos capacita a través de su Espíritu Santo de tal manera que seremos sal y luz donde el nos lleve, si nos dejamos direccionar por El, el propósito se llevara a cabo, tanto asi que si perdemos esta oportunidad y somos negligentes podemos ser desechas nos nótese como lo indica el mismo pasaje verso 13 “…pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”. Tremenda verdad, esto es una realidad no podemos perder nuestra esencia en Cristo, no podemos desfallecer en el cumplimiento del llamado que nos ha hecho el Señor, recordemos la gran comisión Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
Este mandato no es exclusivo para los ministros, cualquiera que haya llegado a Cristo, sea su discípulo pude y está capacitado para presentarlo a muchas personas más; la segunda parte del pasaje de hoy nos enseña que también somos luz y la luz no se pone debajo de nada verso 15 “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa”. Donde quiera que estemos debemos ser luz, estamos arriba no debajo y el evangelio que está en nosotros las buenas nuevas debe alumbrar a los demás, verso 16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Amen aleluya que maravilloso es nuestro Dios, que nos hace participe de la evangelización al mundo, Él no nos necesita, pero en su infinita misericordia y amor nos hace participes de este gran honor, ser luz y sal en un mundo caído, pronto el mismo señor Jesús vendrá para poner todo en su lugar y gobernar la tierra por 1000 años y ahí estaremos nosotros sirviéndole a su disposición como buenos siervos; mientras llega ese día seamos sal y luz para los demás. Gloria a Dios, bendiciones.