La búsqueda genuina de Dios

Mateo 4:23-25

Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

¿Qué es mas importante para usted: saber quién es el Señor Jesús o qué puede Él hacer por usted? Me temo que muchos están más preocupados por lo que da, que por descubrir quién es. Pero esto no es nada nuevo. Cuando estuvo en este mundo, las multitudes lo buscaban por lo que podía hacer por ellos. Aunque sus necesidades eran legítimas, Jesucristo conocía sus motivos.

Los versículos que acabamos de leer nos dan una muestra real de esta situación, una vez que el señor inicia su ministerio se difundió su fama por toda siria versículo 24, esto provoco que muy frecuente mente por donde el señor pasara se reunieras multitudes para escucharle y recibir sanidad a sus enfermedades.

Hay una línea muy delgada entre usar al Señor para conseguir lo que queremos, y venir con humildad a Él con nuestras luchas y necesidades. A veces, sentimos que los problemas son tan urgentes que, en vez de someternos a su voluntad, preferimos orar para que actúe de la manera que queremos. Entonces, lo que podría parecer “fe” es, en realidad, un espíritu exigente.

Todas las personas que vinieron a Jesús tuvieron un impacto en sus vidas ya que muchos le seguían después de recibir la sanidad, pero la palabra nos enseña que algunos no le siguieron recordemos los 10 leprosos sanados, solo uno regreso a dar la gloria a Dios Lc 17:11-19Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?…

Si nuestras oraciones se han limitado solo a presentar nuestras peticiones al Señor, hemos perdido una gran oportunidad de conocer a Aquel con quien pasaremos la eternidad.

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