CUANDO DIOS NOS VISITA

CUANDO DIOS NOS VISITA

2 REYES 4: 8-17

Cuando Jesús nos visita ya sea El o a través de sus ángeles, nuestra vida debe cambiar y obtendremos la respuesta a todas nuestras preguntas.

Esto se puede afirmar según lo que leemos en 2Cr 16:9  “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con El”…

Esta porción de la palabra nos da testimonio que Dios mismos está constantemente buscando en toda la tierra a hombres y mujeres de corazón recto, pero esa rectitud es con relación a lo que El nos demanda en su palabra, no a lo que el hombre pueda considerar bueno o malo, con el fin de visitarle y manifestarle su poder.

Ahora debemos detenernos y analizar que nosotros mismos debemos estar en esa búsqueda también y estar atentos a cuando Dios nos llame y nos manifieste su intención con nosotros, debemos buscar la rectitud y agradarlo con nuestras acciones día a día, fijémonos que la palabra nos enseña en Ap 3:20: “He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare a él y cenare con él y el con migo”  

Por lo cual debemos preparar un cuarto en nuestro corazón especial para Dios y solamente para él, analicemos lo que ocurre con una mujer que tenía un problema y Dios le visito a través de un profeta:

2 REYES 4: 8-17 “Aconteció que cierto Día pasaba Eliseo por Sunem. Y Había Allí una mujer importante, quien le Invitaba insistentemente a comer. Y Sucedía que cada vez que él pasaba, entraba Allí a comer. Entonces ella dijo a su marido: –He Aquí, yo sé que este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño cuarto de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero para él, a fin de que cuando venga a nosotros, pueda quedarse Allí. Aconteció que cierto Día él Llegó por Allí, y se quedo en aquel aposento y se Acostó Allí. Entonces dijo Eliseo a Guejazi, su criado: –llama a esta sunamita. Cuando la Llamó, ella se Presentó delante de él; y Eliseo dijo a Guejazi: –Dile: “He Aquí, Tú te has preocupado de nosotros con todo este cuidado. ¿Qué se puede hacer por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al jefe del ejército?” Pero ella Respondió: –Yo habito en medio de mi pueblo. Eliseo Preguntó: –¿Qué, pues, haremos por ella? Y Guejazi Respondió: –A la verdad, ella no tiene hijos, y su marido es viejo. Entonces Eliseo dijo: –Llámala. El la Llamó, y ella se detuvo a la puerta. Entonces él dijo: –El año que viene, por este tiempo, Tú Abrazarás un hijo. Ella dijo: –¡No, señor Mío, hombre de Dios! ¡No engañes a tu sierva!, Pero la mujer Concibió y dio a luz un hijo al año siguiente, por el tiempo que Eliseo le Había dicho.

Si analizamos en detalle la actitud de esta mujer podemos resaltar lo siguiente:

1.- no era una mujer cualquiera su condición social era alta ya que el relato menciona que era importante.

2.- tenía un problema social que la aquejaba, no había podido tener hijos por ser estéril y ya su marido era viejo, y en ese tiempo las mujeres estériles eran repudiadas y se consideraban impuras.

3.- reconocía la presencia de Dios en Eliseo “es un hombre santo” y se esmeraba en agradarlo ya que siempre que Eliseo visitaba esa localidad ella le insistía para por lo menos comiera en su casa.

4.- no satisfecha con la atención que le brindaba al hombre de Dios hablo con su esposo para brindarle una atención especial y con lujo de detalles se esmero como lo dice el relato para separar un lugar en su casa especial, único y exclusivo para el varón de Dios.

Ahora podemos concluir de todo esto:

Algo especial había en esa mujer que elíseo frecuentaba mucho ese lugar, podríamos decir que era Dios mismo que lo enviaba con el propósito que nos dice la palabra en 2 Cr 16, “sus ojos contemplan y buscan…” en este caso a esta mujer Dios le quería mostrar su poder sobre natural que puede transformar lo estéril en fértil y lo viejo de un hombre en joven con el fin de bendecirla con un hijo, debido a que su corazón fue encontrado perfecto delante de Él.

Esta es la misma actitud que debemos tener nosotros, estar atentos a cuando él nos visita y toque la puerta, preparar un lugar en nuestro corazón especial con detalle y únicamente para él, de tal forma que cuando él entre nunca más se quiera ir, vemos que el relato cuenta el detalle que esta mujer tuvo en el alistamiento del cuarto para el varón de Dios, con el fin de hacerlo lo más agradable y él se quedara más tiempo allí.

Avece podemos creer que lo que hacemos para agradar a Dios es suficiente, pero a la luz de este relato podemos ver que debemos y podemos hacer cada día más y más para agradarlo.

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