Lucas 6:37-38
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. 38 dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Buenas amados hermanos en la fe y amigos que nos leen, Dios les añada muchas bendiciones a sus vidas, hoy nuestro Señor nos regala un mensaje importante para el día a día en nuestras vidas.
El texto de hoy nos da una advertencia sobre el juzgar a los demás, esto es algo muy común en el ser humano, siempre tendemos a querer opinar sobre la vida de los demás, pero el mismo Señor nos da una alerta, no es que no podamos juzgar, de hecho el juicio es un sentido espiritual que nos ha dado Dios para utilizarlo adecuadamente, es la capacidad de saber si algo es bueno o no, si nos conviene o no, lo que ocurre es que a menudo lo utilizamos de la forma más inadecuada, el discernimiento es dado por Dios, es la forma que utilizamos cada día para tomar nuestras decisiones, desafortunadamente con mucha frecuencia nos metemos donde no nos corresponde, si usted mira el pasaje competo Cristo está enseñando claramente que para emitir un juicio primero debemos ver como esta nuestra vida, debemos estar libres de pecado para poder emitir un juicio sobre algún otro, ya que nuestro pecado no nos dejar ver la realidad de nuestra vida versículo 42 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano. Amen gloria a Dios.
No es fácil miran la viga que este dentro de nuestros ojos ¿verdad?, por tal razón Dios nos llama a evitar estar emitiendo juicios, es mejor buscar santificarnos delante de su presencia y si dada la ocasión se presenta analicemos bien la situación para poder emitir un juicio justo Juan 7:24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. Recordemos que el mismo señor Jesús dio un gran ejemplo de esto, cuando los escribas y fariseos trajeron delante de El en el templo a una mujer sorprendida en pecado para apedrearla porque la ley al juicio personal de ellos la condenaba; pero nuestro Dios dio una gran enseñanza en esa ocasión la cual esta registrada en el evangelio de Juan 8:3-11 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7 y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Los escribas y fariseos no estaban preocupados por el cumplimento y guardar la ley ellos estaba buscando una ocasión para acusar al Señor, verso 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle, esto es lo que Dios quiere cambiar en nuestra vidas, nos dio el discernimiento para que fuera una herramienta capaz de ayudarnos a prevenir las cosas malas, ver el pecado donde no lo podemos ver con claridad, estos hombres para nada les importaba la ley o esta pobre mujer, pronto sus planes se vienen abajo cuando el Señor les da una respuesta contundente, les mostro la verdadera interpretación de la ley, sacando a la luz que ninguno de ellos tenía la autoridad moral para juzgar a la mujer, fueron sus conciencias donde Dios les mostro. Verso 9 pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros.
Por último, con esa mirada de amor y su paz que sobrepasa todo entendimiento, una vez que todos se fueron sin lanzar una piedra, Dios le dice a la mujer, quien le podía condenar era El y no lo hacía, verso 11 Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más, pero le dejo en claro que no debía segur pecando. Amen gloria a Cristo.
El juicio puesto por Dios en nosotros es una gran herramienta para ayudar, no para destruir, podemos emitir un juicio si claro, pero con justo juico. Amen gloria a Cristo.
