Mateo 18:15-17
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Dios les bendiga mis hermanos en la fe y a todos los amigos que nos leen, sea nuestro señor Jesucristo añadiendo muchas bendiciones a sus vidas.
Hoy nos ha regalado el Señor una porción de la escritura con un tema fundamental para la iglesia el consejo de los ministros, ancianos y hermanos en la fe.
Ciertamente Dios revela muchas cosas a los lideres de la iglesia entre esas cosas el pecado de los miembros de la iglesia o de cualquier otra persona, pero esto no es ocasión para tomar rienda suelta y atacar al hermano, lo que Dios desea cuando hace esto es que entremos en oración y vallamos en ayuda por esa persona, el propósito de Cristo es liberarnos del pecado y cuando caemos levantarnos, restaurarnos sin duda alguna 1 Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Amen gloria a Cristo. De tal manera que hoy nos llama a ser instrumentos para ayudar a muchos a levantarse a través del consejo y ayuda de la iglesia.
Es muy común que escuchemos el termino disciplina en la iglesia, este está diseñado para restaurar a líderes y ovejas cuando Dios alerta de una conducta no agradable a Él. Por lo cual el texto de hoy nos llama a tener mucho cuidado con esto ya que la ordenanza de Cristo es que primeramente agotemos las vías mas sanas para dar un consejo a otro versículo 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano, vemos que esta es la mejor vía, por que une los lazos de amistad entre el cuerpo de Cristo, ya que al ver que un hermano en la fe desea ayudarnos a salir de la problemática pecaminosa, es de gran animo para el creyente por que el pecado nos agobia, nos encierra e intenta destruirnos a toda costa, que más que un ministro, anciano o hermano en la fe que este ahí para apoyarnos.
Ahora el Señor también nos alerta de las conductas pecaminosas repetitivas y la falta de sometimiento de los creyentes al evangelio, demostrando que no ha nacido de nuevo y por consiguiente al agotar los recursos ordenados por Dios en el texto de hoy, debemos dejarlo ir y considerarlo un gentil nuevamente.
Pero el centro del mensaje de hoy es que la prioridad siempre será la restauración del hermano en la fe de la mejor manera y nunca llevarlo a mundo nuevamente, consideremos que todos podemos caer y estaríamos así mismo necesitados de un hermano que nos ayude a levantarnos. Pero la falta de perdón también afecta este proceso, muchos por el celo a las cosas de Dios se cierran en una falta de perdón y cuando un hermano en la fe cae, van con todo a destruirlo antes que a restaurarlo y si usted ha leído el capítulo 18 completo podrá identificar que esta centrado en el perdón y en el encontramos un versículo muy conocido pero muchos no ponen en obra en sus vidas Mateo 18:21-22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Para Cristo la única opción es el perdón no hay otra, ¿si el mismo nos ha perdonado por que nosotros no podemos perdonar? Que gran enseñanza verdad.
La invitación de hoy es que seamos ese hermano que siempre está ahí para dar consuelo y ayuda a los que requieren y estar dispuesto a participar en la restauración de esa alma recordemos que todos somos pecadores y si decimos que no tenemos pecado le hacemos mentiroso 1 Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. La única diferencia con el gentil es que cada día luchamos contra el mismo para agradar a Dios con una vida santa que muestre a Cristo y no al hombre. Amen gloria a Dios