RECONOCER EL PECADO EL PRIMER PASO

1 Juan 1:9-10

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Estimados hermanos en la fe y amigos que nos leen, que porción de la palabra tan poderosa que Dios nos regala hoy, porque esta nos revela el talón de aquiles del ser humano para alcanzar la salvación y restaurar su comunión con Dios; reconocer el pecado en nuestras vidas, tremenda verdad, pero muy triste al mismo tiempo.

Y esta costumbre viene en nuestro ADN espiritual desde el principio, recordemos cuando el Señor le pregunto a Adán sobre lo que había ocurrido con la serpiente Genesis 3:11-12 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses? 12 y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.  Lea muy bien porque ahí está la razón principal, Adán no reconoce que había desobedecido a su creador al pecar comiendo del fruto prohibido y ágilmente busca una escusa para tratar de engañar a Dios (como si eso fuera posible).

Luego solamente un capítulo más adelante solamente vemos un caso similar, ¿Caín es consultado por Dios por la ausencia de su hermano Abel y cual es su respuesta? Genesis 4:9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Tremendo verdad, nuevamente el ser humano evadiendo sus responsabilidad por su pecado ante Dios.

Esta es la cruda realidad, una vez se pierde la comunión con Dios en el Edén, la única manera de restaurarla es por medio de su hijo Jesucristo nuestro salvador personal pero el primer paso es el más difícil para el ser humano, ya que crecemos con principios y valores creados por nuestros padres, la sociedad, nuestro entorno, el mismo mundo caído en la mayoría de veces y cuando nos vemos las caras con la escritura, esta nos revela nuestra condición espiritual, es como un golpe certero a todo nuestro ser ya que esta nos deja mal pero muy mal parados delante del Dios creador del universo y solo reconociendo nuestra realidad pecaminosa, apartándonos de ella y dejar que el señor Jesucristo dirija nuestra vida podremos restaurar esa comunión, es un giro de 180 grados a nuestra vida.

Por supuesto que dar un giro de 180 grados a nuestra vida no es fácil, pero tampoco es imposible por que el mismo señor Jesús intercede por nosotros y nos ayuda con nuestras cargas una vez Él toma el timón en nuestras vidas y el Espíritu Santo viene y mora en ella Romanos 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Amen gloria a Cristo.

El enemigo sabe que este giro es difícil y por eso traza estrategias para que no podamos darlo, una muy eficaz es el ego del ser humano, hacernos pensar que somos autosuficientes y no necesitamos a Dios en nuestra vidas, que no hay pecado en ella, que lo que te dicta nuestra conciencia es lo que debemos hacer; esto es lo que hace que muchos al desarrollar sus valores  y principios tomados del mundo al enfrentarse a la verdad de la escritura tengan una barrera alta como un muro su ego, no reconozcan el pecado y mucho menos consideren que deben apartarse del mismo.

Amados mi deseo es que si usted no ha reconocido su pecado y no ha llegado a Cristo en este momento, sea el mismo señor Jesús revelándose a su vida y mostrándole la realidad espiritual de la misma, recordemos que si partimos de esta vida sin Cristo nuestro destino sin duda alguna será una eternidad separados de Dios en condenación, por lo cual le animo a que de ese primer paso tan fundamental para el ser humano reconocer el pecado e ir a Cristo, amen gloria a Dios.

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