Filipenses 4:4-7
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5 vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Hoy en día es frecuente ver como el ser humano vive atribulado lleno de problemas, situaciones que lo llevan a sentirse triste, desesperado y muchas veces hasta considerando un suicidio, ¿terrible verdad? Hace poco mi pastor me conto que hace muchos años escucho decir a un predicador que la ultima enfermedad que iba a agobiar al ser humano serían las enfermedades mentales, hoy vemos el cumplimiento de esa palabra ya es una realidad, cuantas personas estan hoy presas por el enemigo por este tipo de padecimientos.
Pero que interesante es la porción de la escritura que hoy Dios nos da para que la tomemos y la escribamos en nuestro corazón, que enseñanza mas bella la que encontramos en estos pocos versos, Pablo para este momento cuando escribe esta carta se encontraba preso injustamente, pero a un asi sus palabras son de ánimo, dice por nada estéis afanosos, impresionante como un hombre que esta sufriendo en una cárcel podría escribir palabras de consuelo para dar animo a sus hermanos en la fe? La respuesta es sencilla y está en estos mismos versos, el apóstol tenía muy claro que toda nuestras cargas y angustias deben ser puestas en Cristo Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
El conocía esta verdad y cada día la experimentaba por eso hacía mención a que este descansar era la paz que sobrepasa todo entendimiento, el experimentaba esa paz que solo Cristo nos puede dar, en el verso 9 se refiere a Dios como el Dios de paz, eso es Dios es nuestra paz, pase lo que pase si tenemos toda nuestra confianza en Cristo él nos dará la paz para sobrellevar cualquier situación.
Cuando Pablo escribió su carta a los Filipenses, estaba confinado de manera injusta en una prisión romana. Y, aun así, no hay una sola palabra de ira, amargura, miedo o ansiedad en la carta. Por el contrario, habló de gozo o regocijo 16 veces. ¡Qué fe tan extraordinaria!
Esa es la misma fe que Dios quiere desarrollar hoy en día en cada uno de nosotros sus hijos, esa que da como fruto “La paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento”. Amen gloria a Dios. Bendiciones