UN BUEN DISCÍPULO DE CRISTO.

Romanos 10.9-10

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

Hoy en día es muy común ver las iglesias llenas de personas que regularmente asisten a sus servicios de culto, pero una vez salen del servicio su vida no es una manifestación del hijo de Dios, el propósito principal de nuestra asistencia a la iglesia es crecer en fe y reflejar a Cristo, que seamos confirmados a su imagen y estatura. Efesios 4.13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Como podemos apreciar en el pasaje de hoy la salvación se articula en dos ejes principales de nuestra vida, en nuestra alma muy dentro de ella en el corazón del alma es allí donde alojamos esa verdad, esa convicción que Cristo es nuestro señor, salvador y la base fundamental de nuestra fe; ¿pero hay otro eje y es nuestro testimonio nuestra vida misma, que estamos haciendo para mostrar a Cristo, para manifestar que somos sus hijos estamos hablando de Cristo?  Recordemos que la gran comisión Mateo 28.19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. aunque fue dada a los apóstoles es un mandato para todos los que llegamos al evangelio y eso es parte esencial de nuestra vida cristiana confesar para salvación nuestra y de los que nos escuchen y el Señor añada a la iglesia, tal como lo dice el verso 10. Pero muchos hermanos una vez termina el servicio es como si nada hubiera pasado en sus vidas, salen y continúan con sus vidas sin ningún impacto de la palabra en ella, cada verso, cada enseñanza bíblica debe dejar huella en nuestra vida recordemos que la palabra no regresa vacía al Señor ella debe causar el efecto por el cual Él la envía Isaías 55.11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

Una vez salimos de la iglesia ciertamente debemos continuar con nuestras vidas, pero colocando en obra lo que acabamos de aprender y sobre todo compartiéndolo con aquellas personas que están a nuestro alrededor familiares, amigos compañeros, así como Dios nos impacta y deja una enseñanza de vida para nosotros de esa misma manera el verso 10 de Romanos nos indica que esta misma es salvación a través de nuestra boca para muchos, debemos poner en practica este principio bíblico los apóstoles fueron una piedra fundamental en el inicio de la iglesia, pero hoy nos toca a nosotros confesar las bondades del Señor las buenas nuevas de salvación que han cambiado nuestra vida y nos han trasladado del reino de las tinieblas al reino del unigénito hijo de Dios Jesucristo. Amen, Dios te bendiga.

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