HEBREOS 12: 15-17
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
En la escuela dominical del domingo Dios nos habló del cuidado que debemos tener con lo que albergamos en nuestro corazón y las consecuencias que pueden llegar a nuestras vidas; hoy no es casualidad que la lectura bíblica en el libro de hebreos nos recalque nuevamente lo dañino que pueden llegar a ser las raíces de amargura y la casi segura contaminación que estas traen a nuestras vidas; este una tema muy profundo, observemos que la escritura nos recuerda el caso de Esaú quien no presto atención a su importancia y luego cuando quiso recapacitar fue desechado, triste verdad. Muchos miembros en las iglesias a un creen que la salvación es un juego o un tema que más adelante se puede tratar o corregir (sobre todo los jóvenes), pero lastimosamente en muchas ocasiones no podemos alcanzar a hacerlo como fue el caso de Esaú, cada segundo en esta vida estamos expuestos a muchas situaciones de todo tipo y estas pueden pasarnos factura cuando no reaccionamos de la forma adecuada, débenos rechazar todo aquello que pueda sembrar en nuestro corazón sentimientos contrarios a los frutos del espíritu Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Todo aquello que nos lleve en contra de estos principios bíblicos serán las herramientas que el enemigo intentará usar en nuestra contra y aquí juega un papel fundamental la comunicación el Espíritu Santo quien es nuestra alerta, es quien nos capacita para poder vencer cualquier ataque en estas áreas, es quien nos dice que ese sentimiento no está alineado con Dios y su voluntad para nuestra vida; ahora tenemos la oración como medio para pedir al padre que nos ayude con nuestras debilidades y así poder rechazar y nos dejar que ninguno de estos sentimientos pasen al corazón del alma que es donde en realidad pueden causar mucho daño a nuestra vida, una vez lleguen a nuestra mentes debemos rechazarlos y confesar que tenemos la mente de Cristo y el enemigo huira.
Una vida de oración es la calve fundamental para estar alertas a cualquier raíz de amargura que el enemigo quiera sembrar en nosotros y así contaminar nuestras vidas y llevarnos fuera del camino de la santidad a Dios. Recordemos que adicional a la salvación y al privilegio de ver a Dios y servirle en el cielo, nuestro señor Jesucristo nos dará la corona de justicia al final como premio por resistir y ganar la buena batalla de la fe. 2Timoteo 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.