CAMINANDO EN LA VERDAD

1 Juan 2:3-6y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.  4el que dice: yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.  

Una gran realidad acerca de nuestra fe y creencia es que cuando no estamos parados firmes en la verdad de Dios, las presiones e influencias externas pueden fácilmente afectar nuestro caminar.   Esto algo que no debería suceder, ya que el creyente solo debe permitir ser influenciado por la palabra de Dios.  Sin embargo, con frecuencia encontramos que la fe de muchos es afectada, y esto es algo que les conduce a que su relación con Cristo sea interrumpida y/o detenida.  Con frecuencia un buen porcentaje de creyentes es afectado por la corriente de maldad y negatividad que corre por éste mundo; la consecuencia es que dejan de caminar en la verdad bíblica y comienzan a andar por el camino de la perdición.  La razón principal por la que esto sucede es porque el creyente no se mantiene fiel a la palabra de Dios.  La palabra es el mapa perfecto que nos guía a nuestro destino final, nos guía a como establecer una relación genuina con Dios.  Preguntémonos: ¿qué podemos hacer para establecer una relación genuina con Dios?  Existen tres pasos a seguir que nos ayudan a establecer una relación genuina con Dios y a permanecer siempre en sus caminos.

1.- Guardar sus mandamientos:

El primer paso que un creyente tiene que dar para lograr establecer una relación genuina con Dios lo encontramos aquí cuando leemos: “y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.”  Las palabras claves aquí son: “guardamos sus mandamientos;” hermanos la gran realidad es que nuestra relación con Dios, y nuestra salvación, son cosas muy individual y personal.

Nosotros somos los que escogemos guardar o romper los mandamientos.  Así que el primer paso a seguir para establecer y mantener una relación genuina con Dios es guardar sus mandamientos.  En otras palabras, tenemos que aprender a caminar con el Espíritu Santo en todo momento, y tenemos que aprender a confiar en su poder. Una vez que aprendemos a confiar en su poder, una vez que aprendemos a mantenernos en contacto con él, entonces encontraremos que él nos enseñará como hacer las cosas, encontraremos que él nos dirigirá en toda situación.  la realidad es que tendremos situaciones difíciles por las que debemos atravesar, pero si no nos dejamos guiar, si no escuchamos su voz, entonces no lograremos superar esas cosas victoriosamente.  Digo esto porque el Espíritu Santo es quien nos guía a como derrotar los impulsos de la carne, quien nos da convicción de nuestros pecados.  Esto es algo que queda muy bien declarado por el señor en Juan 16:7-8  “pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”  Hermanos tenemos que guardar su palabra para que de nuestra vida desaparezcan todas esas cosas que desagradan a Dios.  Guardar su palabra significa que no podemos permitir que nada ni nadie se ponga de por medio entre Dios y nosotros, esto nos conduce al segundo paso a seguir.

2.- Reconocer aquello que viene a interrumpir nuestra comunión con Dios:

El segundo paso que un creyente tiene que dar lo encontramos aquí cuando leemos: “el que dice: yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.”  Las palabras claves aquí son: “no guarda sus mandamientos.”  La realidad actual de éste mundo es que existen numerosas cosas que buscan distraer nuestra atención de Dios.  Nuestro enemigo es muy astuto y una de las tácticas que empleara para tratar de distraer nuestra atención o foco de Dios es enviando a personas a nuestra vida con el propósito de privarnos de la paz y gozo que el señor nos entrega.  

Nuestro enemigo enviara demonios mentirosos para mantenernos preocupados y atormentados, desviándonos de la verdad.  Hermanos por mucho que nosotros queramos, ninguno de nosotros podemos obligar a una persona a establecer una relación genuina con Dios.  No podemos echarnos encima cruces ajenas.  Permítanme explicarme mejor.  En Mateo 16:24 encontramos que Jesús nos dice “…si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”  como podemos ver aquí, el señor Jesús nos deja saber que seguirle es algo muy personal e individual, fíjense bien que él dijo “tome su cruz.”  Esto significa que cada uno de nosotros tenemos nuestros propios problemas que tendremos que superar.  Es por ésta misma razón que digo que nosotros no podemos echarnos encima cruces ajenas.  En otras palabras, cargas que no nos pertenecen.  Bueno que quede bien claro que no estoy diciendo que dejemos de preocuparnos o encargarnos de nuestros hermanos.   

La palabra de Dios nos manda a ayudar a nuestros hermanos según encontramos claramente declarado en Romanos 15:1-3  “así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.”  así que no estoy diciendo que dejemos de ayudar o que no nos ocupemos de nuestros hermanos.  Lo que sí estoy diciendo es que tenemos que estar muy atentos para que lo que hagamos primero caiga bajo la voluntad de Dios, segundo que lo que hagamos sea por verdaderos creyentes.  Tenemos que asegurarnos de que nuestra energía y labor sean por aquellos que realmente buscan la verdad de Cristo, y no por aquellos que la ignoran y pisotean; aquellos que solo sirven para distraer nuestra atención o interrumpir nuestra relación con el señor.  

Pero, ¿cómo podemos diferenciar entre los que verdaderamente le buscan y los charlatanes aprovechados?  La respuesta no las dio el señor Jesús en Mateo 7:20  “así que, por sus frutos los conoceréis.”  Así que el segundo paso que un creyente tiene que dar es reconocer a los que vienen a interrumpir nuestra comunión con el señor. 

3.- Caminar siempre según la palabra de Dios:   

El tercer paso que un creyente tiene que dar lo encontramos aquí cuando leemos: “…pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”  las palabras claves aquí son: “el que guarda su palabra.”  El sustento y el apoyo de un verdadero creyente es la palabra de Dios.  No podemos caer en la trampa del enemigo quien solo busca alejarnos de su presencia, tenemos que permanecer firmes en su palabra y sacar de ella la fortaleza que necesitamos para conducir una vida que agrada y honra a nuestro padre celestial en todo momento.   Aquí vemos que el apóstol nos dice: “el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”   

La realidad es que nuestro caminar está lleno de obstáculos y barreras.  Nuestro caminar está lleno de huecos y baches.  Existen obstáculos como el orgullo, la arrogancia, la vanagloria, la envidia, los celos.  Existen barreras como la ira, la contienda, la lascivia, y la lujuria.  En otras palabras, existen numerosas cosas y emociones que buscan alejarnos de la voluntad de Dios, pero cuando perseveramos en caminar en la verdad, entonces estamos andando como él desea que andemos. La realidad de todo es que Dios desea que andemos siempre en sus caminos.  Esto es algo que queda bien claro en Hechos 3:19  “así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del señor tiempos de refrigerio.”  siempre recordemos que nuestro padre espera y demanda que actuemos diferentes al mundo.  Tenemos que dejar atrás esos impulsos y deseos infructuosos, y caminar siempre en la verdad de Dios.  Recordemos lo que encontramos en 1 Corintios 10:23todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”  Tenemos la libertad de hacer lo que nos plazca, pero recordemos como nos dijo el apóstol aquí, no todo edifica.  En otras palabras, no todo glorifica u honra a Dios.   

Para concluir.  Examinémonos, y revisemos bien donde estamos en el día de hoy en nuestro compromiso con el señor y preguntémonos: ¿por qué venimos a la iglesia?  ¿venimos a la iglesia porque estamos buscando establecer y retener una relación genuina con Dios, o simplemente estamos buscando relacionarnos con otros creyentes?  Reflexionemos en nuestra vida y preguntémonos: ¿busco caminar con Dios, o busco que Dios camine conmigo?  En Marcos 1:15 el señor nos dice: “…el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”  ¿qué significa esto?  Esto significa que el hombre es quien tiene que cambiar para ser agradable a Dios; esto significa que el hombre es quien tiene que escoger aceptar y guardar la verdad.  Existen numerosas cosas en éste mundo que tratan de desviar al creyente, y también existen muchos hombres que engañan a una gran porción de la humanidad con palabras suaves y elocuentes.  Lo hacen a través de mentiras o especulaciones, lo hacen al no predicar la palabra sin adulterar.   

Si genuinamente deseamos establecer y permanecer en una relación genuina con Dios, entonces tenemos que poner por obra en nuestra vida estas tres cosas que él nos ha enseñado hoy.

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